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Rosalía y el Taller de Músics

<< Volver 12/12/2024

Por Lluís Cabrera
Foto: ©Maud-Sophie Andrieux


En sus años de estudios en el Taller de Músics, Rosalía entraba y salía de las aulas como un torbellino. Nuestra escuela del Raval ha sufrido un especial e intrincado crecimiento desde 1979, ocupando diversos locales del triángulo que forman las calles Requesens, Príncipe de Viana y Cendra, lo que dio como resultado que la calle fuera el patio de la escuela. Este entorno abierto fomentó un aprendizaje más allá del recinto académico: Rosalía también absorbía conocimientos interactuando con artistas, profesores y compañeros en ese peculiar patio.

La filosofía del Taller de Músics siempre ha sido el eclecticismo y la flexibilidad, elementos que lo distinguen desde su fundación. Este enfoque promueve la práctica musical en grupo (combos), la mezcla de géneros y la creación de plataformas para que los estudiantes se enfrenten al público. Rosalía encajó perfectamente en este modelo pedagógico, que prioriza aprender a hablar antes que a escribir. Desde el JazzSí Club hasta el Teatre Grec, donde participó como cantaora en un espectáculo inspirado en Carmen Amaya, pasando por el Palau de la Música con Flamenkids o su intervención en el Ciutat Flamenco, Rosalía demostró una madurez artística sorprendente para su edad.

En enero de 2010, Rosalía se matriculó por primera vez en el Taller de Músics del barrio del Raval. Durante dos años, cursó estudios de piano, lenguaje musical, cante flamenco, canto jazz, técnica vocal y guitarra. Entre sus profesores estuvieron Jaume Gispert, Chiqui de la Línea, Errol Woiski, Diana Palau y Xevi García, quienes fueron testigos de su incansable curiosidad. Finalizada esta etapa, continuó su formación superior en Can Fabra, en el Distrito de Sant Andreu, entre 2012 y 2014. Ahí, amplió su preparación en materias como historia de la música, armonía flamenca, pensamiento musical, formas del flamenco y fundamentos de composición, con docentes como Enric Marín, Alba Guerrero y Xavier Casellas.

Su actitud participativa la llevó a inscribirse no solo en las asignaturas regulares, sino también en seminarios, talleres, clases magistrales y conferencias. Rosalía preguntaba incansablemente, a veces de manera incisiva, mostrando una inquietud innata que desafiaba a quienes la rodeaban. Preguntar, al fin y al cabo, es clave para ampliar conocimientos y para construir una voz propia. Esa actitud es la que el Taller fomenta en sus estudiantes: la de observar, escuchar y dudar, porque sin cuestionamientos no hay evolución.

Entendemos que Rosalía fue generando su idea artística con humildad, evitando posturas altivas y abrazando la sencillez. Es admirable cómo supo aprender desde la observación y la escucha, mostrando respeto por el conocimiento de los demás. Esta forma de aprender también enriquece al propio centro. Como decía Enrique Morente, “no hay maestros, hay discípulos”, y Rosalía fue una discípula ejemplar que nos puso en jaque continuamente con sus preguntas y reflexiones.

El impacto de Rosalía en el Taller también se percibió en su generación. Su aura atrajo a muchos jóvenes que la admiraban, pero ella también buscaba nuevos aires y experiencias que ampliaran su universo creativo. Conocía los códigos del flamenco y las claves del jazz, pero sin encasillarse en un género. Esa versatilidad refleja la esencia del Taller: los géneros musicales son medios, no fines.

Quizá podría haber logrado su trayectoria por su cuenta, pero el Taller le ofreció un ambiente rico en ideas y una red de artistas que potenció su desarrollo. Un día, su maestro Chiqui de la Línea comentó: “Esta chica es muy especial, modula de una manera que, de tanto acordarse de los antiguos, su expresión es de ahora. Rosalía dará mucho que hablar”. Y no se equivocó.

Rosalía tiene ángel, un ángel alimentado por su talento musical, tenacidad, intuición, inquietud y unas ganas inmensas de aprender. Si logramos transmitirle conocimiento sin limitar su creatividad, nos sentimos profundamente orgullosos, porque en ella se reflejan los valores que el Taller ha promovido durante 45 años de historia.

 

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